Estimados partícipes y amigos de River,
Seguimos con la serie sobre Diversificación Estructural. En el primer capítulo de la serie vimos que aunque el mundo es un lugar incierto e impredecible los escenarios económicos que nos depare el futuro se limitan a un set de posibilidades acotado: habrá inflación, deflación, crecimiento o recesión. En el segundo estudiamos cada uno de estos escenarios en más detalle y vimos que, para cada uno de ellos, existen una serie de inversiones que tienden a verse estructuralmente favorecidas.
Hoy ha llegado el turno a estudiar cuales son esas relaciones estructurales para los escenarios de prosperidad e inflación.
Invertir durante escenarios de prosperidad económica
Los escenarios de prosperidad son buenos para las empresas que son capaces de aprovechar el aumento de consumo ofreciendo sus bienes y servicios y por tanto para las acciones de estas. También es buen momento para los bonos, especialmente si estos son agregados de diferentes tipos y plazos, porque además durante la mayoría de periodos de prosperidad los tipos tienden a bajar (lo cual también favorece a las acciones de empresas).
Los bonos funcionan en base a una regla bastante simple: cuando los tipos de interés bajan, los precios de los bonos suben y cuando estos suben, los precios de los bonos bajan. Y esto no es por un tema especulativo. No, es porque hay una relación estructural que une tipos de interés y el precio los bonos.
Cuando los tipos bajan, esto significa que cualquier bono que ahora paga un interés que más alto que el de mercado se convierte automáticamente en más valioso que lo era antes.
Acciones y bonos tienden a funcionar bien durante escenarios de prosperidad, especialmente si los tipos bajan y/o la inflación es moderada.
Por el contrario, este es un escenario negativo para el oro. No es momento de resguardar valor, es momento de crear o prestar. Como la demanda de resguardo de valor es baja, el precio del oro sufre. De nuevo otra relación estructural.
El mercado inmobiliario, que recoge demanda particular e industrial de otros tipos de empresas también se ve favorecido en estos entornos, pero pasa por sus propios ciclos. De hecho, el mercado inmobiliario (entendiendo este como algo que va más allá de pisos de alquiler y vivienda e incluye hospitales, obra pública, hoteles, espacios retail, centros de datos, torres de telefonía, edificios de oficinas, almacenaje, granjas, y más), tiene en agregado una descorrelación importante frente al resto de sectores.
El sector inmobiliario tiene la ventaja de que recoge mejor los aumentos de inflación siempre que estos no sean totalmente disruptivos para las empresas y, cuando lo son, tiende a mantener mejor su valor gracias a estar compuesto por activos reales.
Las inversiones más seguras y a corto plazo (depósitos, renta fija de muy corto plazo, etc.) o directamente el efectivo son más o menos neutrales durante escenarios de prosperidad. Si podríamos considerar que sufren cierto coste de oportunidad ya que hubiéramos ganado de haber estado invertidos invertido en acciones o bonos en este escenario.
Invertir durante periodos de inflación.
Durante periodos de inflación tanto acciones como bonos sufren (a no ser que estos tengan algún mecanismo de protección frente a inflación, como los TIPS).
La inflación supone una disrupción para las empresas. Como no pueden preverla, las suele dejar fuera de juego. Los bonos sufren porque los tipos de interés tienden a subir. Como hemos visto antes cuando los tipos suben, los bonos bajan.
El oro lo hace especialmente bien durante periodos de inflación, mientras que el efectivo se devalúa (en términos reales) porque a medida que los precios suben tu dinero es capaz de comprar menos cosas. Insisto una vez más en la relación estructural de todo esto.
Oro e Inflación
Muchas personas creen que la idea de que el oro nos protege frente a la inflación es un tema más bien místico. El argumento viene a ser que a medida que la inflación sube la gente piensa que el oro también subirá y por tanto lo compran para tratar de tomar ventaja.
Bajo este prisma este comportamiento genera con el oro una profecía auto cumplida. Como consecuencia el oro sube de precio. En mi opinión este no es el caso. A mi entender hay una relación más directa y estructural entre inflación y oro.
Para entender esta relación estructural hay que tener presentes dos cosas:
El oro es dinero. Es dinero porque sus especiales propiedades físicas cumplen con todas las características del dinero.
El oro es indestructible. Por lo que, a diferencia de todo el resto de elementos y compuestos, y por supuesto de cualquier tipo de abstracción mental, matemática o informática creada por el hombre, el oro no tiene tasa de deterioro.
Las especiales cualidades físicas del oro, que lo llevan al límite de las leyes de la física, convierten a este en el resguardo de valor definitivo.
Ante una inflación local podríamos buscar cobijo en divisas diferentes a la nuestra, que podrían protegerte de una inflación galopante en tu moneda, pero el poder adquisitivo de TODAS las monedas tiende a decrecer en el tiempo gracias a la magia de los bancos centrales.
Las divisas de las naciones más fuertes, especialmente en la actualidad el dólar que se usa de alguna manera como divisa mundial pueden verse favorecida por las crisis locales de otras monedas.
Como dijimos en el anterior artículo cuando aquí hablamos de inflación no nos referimos a una inflación del 2 o 3 por cien. Estamos hablando del 5 o 6 o 10 por cien o más.
Con ese nivel de inflación, y en especial en un mundo donde la mayoría de bancos centrales comparten receta, es natural que el resguardo de valor definitivo reconocido en todo el mundo reciba parte de ese dinero miedoso y suba de precio. Una crisis inflacionaria en las economías principales es un cóctel molotov para el precio del oro. Un periodo de inflación moderada muy prolongado, seguido de un shock, puede ser la chispa que lo despierte.
Puntualmente el oro puede verse favorecido también por alguna crisis pasajera, algo que cope las noticias, porque la gente espera que el oro se vea favorecido por esto. Sin embargo, más del 80% de los movimientos en el precio del oro responden e las expectativas de tipos de interés y al precio de la energía.
Así como hay momentos para crear o prestar, hay momentos para resguardar. Cuando estos llegan, el oro brilla.
En el próximo artículo estudiaremos en detalle que tipos de inversión se ven favorecidos durante escenarios deflacionarios y recesiones y los mecanismos que explican estas relaciones estructurales.
Una vez tengamos esto claro pasaremos a atacar algunos de los mantras de inversión más repetidos para finalmente definir que es exactamente la diversificación estructural y cómo puede ayudarnos a obtener resultados más robustos en este mundo incierto e impredecible en el que vivimos.
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Sisterna, Agosto de 2020.